La profesión de conductor es única y requiere un análisis detallado para comprender sus circunstancias y limitaciones. Aunque ha mejorado en términos de tecnología y ergonomía, sigue siendo una vocación exigente. Esto explica la disminución en la cantidad de nuevos profesionales en el sector del transporte, ya que los jóvenes no se sienten motivados a trabajar en una actividad con una jornada laboral regulada, fuera de una oficina y que afecta negativamente a su vida familiar y social.
Además, la disparidad salarial entre provincias en España también influye en la elección de la profesión de conductor, ya que no existe un convenio único y los salarios varían según la región. Estos factores no se reflejan en las estadísticas recientemente publicadas por el Ministerio de Fomento, que se centran en datos como permisos de conducir, matriculaciones de vehículos, nacionalidad de los conductores, cursos de formación, entre otros.
Durante 2017, hubo un descenso en las matriculaciones de camiones y permisos de conducir clase C. Esto, sumado a la falta de conductores que las empresas de transporte han estado experimentando, agrava el problema. Ramón Valdivia, director general de la asociación de transporte internacional ASTIC, señala que el sector del transporte internacional se ve más afectado debido a las duras condiciones de trabajo y la necesidad de pasar más tiempo lejos de casa.
Para afrontar esta escasez de conductores, se ha aprobado la posibilidad de obtener el permiso C a los 18 años, con la esperanza de animar a los jóvenes a elegir esta profesión y reducir el desempleo juvenil en España. Sin embargo, Valdivia advierte que se necesitarán medidas adicionales para hacer la profesión más atractiva y eliminar las barreras de entrada.
En cuanto a los salarios y las condiciones laborales, las patronales del sector consideran que la falta de conductores se debe principalmente a la falta de vocación, y no solo a los salarios. Sin embargo, los sindicatos, como UGT, argumentan que el problema radica en los bajos salarios ofrecidos por las empresas de transporte.
La contratación de conductores extranjeros es una opción, pero requiere demostrar que no es posible encontrar personal nacional. En el caso de Chile y Perú, existen acuerdos bilaterales que facilitan la contratación de ciudadanos de estos países en España.
En resumen, la falta de conductores es un problema estructural y mundial que no se soluciona únicamente con salarios más altos. Se necesita hacer que la profesión sea más atractiva y eliminar las barreras de entrada. La contratación de conductores extranjeros puede ser una opción, pero es necesario superar las dificultades burocráticas para llevarla a cabo. La escasez de conductores no solo afecta a España, sino que es un problema común en toda la Unión Europea.