La tecnología está haciendo mucho más por el transporte de lo que desde fuera se cree. Hay marcas que crean tecnología que permite soltar las manos del volante y el pedal del acelerador pero ¿algún día las máquinas llegarán a sustituir al hombre?¿Se va a terminar la profesión de conductor?
Lo que veíamos en las películas en los años 70 y 80 parece que puede hacerse realidad. Aunque el cine y la televisión nos mostraron más bien coches inteligentes (que mantenían conversaciones y hasta discutían con sus conductores), la tecnología se está ocupando de concebir camiones que se conducen (casi) solos. Y decimos casi, porque todavía necesitan de la mano y el saber de un conductor profesional.
Estos proyectos pueden ser reales en cuestión de años, con ellos se adelanta al futuro y presenta un camión que necesita muy poco de la presencia humana, para dejar al conductor tiempo y, sobre todo, las manos libres para hacer otras cosas: leer, ver el móvil, entrar en internet o, simplemente, mirar por la ventanilla como cualquier otro pasajero.
Como siempre suele suceder, la tecnología va por delante de la normativa. Los ingenieros se las ingenian para crear dispositivos y aparatos que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos y trabajadores, pero se encuentran con un escollo: la legalidad. En este caso, esa barrera tiene un nombre: la Convención de Viena, que delimita las normas que deben cumplir los vehículos que están en circulación.
Tanto en esta normativa como en el Reglamento General de Circulación español se establece de forma concreta que es obligatorio que una persona controle en todo momento los mandos del vehículo y que se debe conducir con diligencia y precaución para evitar daños propios y ajenos. Y no sólo eso: hay una ley sobre responsabilidad civil y seguros en la circulación de vehículos a motor que también tiene bastante que decir en este asunto.
Dentro de 10 años, los camiones podrán conducir en régimen autónomo por las autopistas y las autovías europeas (con los correspondientes cambios normativos). Según los expertos los conductores dejarán de ser “camioneros” para convertirse en “gestores de transporte”. Para los emprendedores del proyecto (al menos, en el transporte por carretera), la razón está en que, mientras el camión está en marcha, el conductor puede contestar el teléfono móvil sin perder atención a la carretera, leer su correo electrónico o comprobar un albarán, por ejemplo.
Con el camión autómata, “aumenta la eficiencia del transporte, el tráfico es más seguro para todos los usuarios de la vía y siguen disminuyendo las emisiones de CO2. La conectividad es la base de este revolucionario avance de la técnica”.